viernes, 20 de septiembre de 2019

EL TESORO ESCONDIDO


Encontrar una enseñanza que nos guíe por la senda del camino del hombre despierto, es sin duda una tarea difícil, en primer lugar se necesita un cierto nivel de intuición de la verdad, algo que la persona trae guardado en lo profundo de si mismo, la enseñanza que nos legaron los sabios de Anteros se oculta a si misma de la mirada pública, de la mirada profana, lo que constituye la característica principal del ocultismo verdadero que jamás podrá ser conocido por un fanático religioso o un intelectual.

El buscador de la verdad deberá enfrentar dos pruebas para encausar sus pasos en la vía del despertar, la primera prueba es encontrar un maestro autentico y la segunda es permanecer a su lado.

Todo conocimiento es prestado, ajeno  y viene desde afuera, la sabiduría en cambio nace desde adentro, del interior de cada iniciado y es una vivencia que se obtiene al interponer la enseñanza entre la situación vital que ocurre en un momento determinado  y nuestro Yo. Si el iniciado olvida este paso, si se duerme, no obtendrá  la quintaesencia que se oculta en dicha situación y probablemente  sufra y caiga en angustias,  depresiones, frustraciones, desconformismo, odios etc. Esto constituye una pausa en su camino al  despertar.

El camino del hombre despierto es la aventura más grande que un ser humano puede iniciar mientras su chispa divina esté alojada en un cuerpo humano,  vislumbrar la importancia trascendental de dicha empresa, es un tema totalmente  personal y no puede ser inducido desde afuera, nace del corazón puro e inocente del neófito. Existe una relación que se produce entre la enseñanza misma y el estudiante, si esta relación no prospera, el estudiante rápidamente abandonará dicho sendero  y con ello la oportunidad de obtener la inmortalidad.

El camino del hombre despierto es gradual y de paciencia  , es enfocarse en una cosa a la vez sabiendo que somos dos,  es la superación del calvario hacia la desintegración de un Yo que no es real.

El camino del hombre despierto, no se enfoca en conseguir la felicidad, pues entiende  que la vida se rige por un plan, en el que  se alternan causa y efecto, triunfos y fracasos, altos y bajos y que pase lo que pase, siempre debe mantener un alto nivel vibratorio enfocándose en su divinidad interior.

El camino del hombre despierto comienza con la humildad, no creerse, no inflarse porque esto es ego y sería errar inmediatamente la ruta hacia el despertar.

El camino del hombre despierto, no es saber más cosas, no es tener grandes aspiraciones, no es ser el mejor en todo, no es ser importante ni famoso, no es demostrar nada a nadie, no es ser un líder, no es tener una respuesta para todo.

El camino del hombre despierto, es vivir fuera del tiempo, solo aquí, solo ahora, solo por hoy, es hacer con todo el ser, lo que se tiene entre manos, sin objetivo, solo estar, solo ser.

El camino del hombre despierto es saber escuchar, más que saber hablar. Es comprender a nuestros semejantes, es darles el  espacio para que sean, es quererlos tal y como son, sin pretender  modificarlos a nuestro antojo.

El camino del hombre despierto es el camino del saber perder con una sonrisa en los labios y sin rencor en el corazón, esperando siempre un mañana mejor. Comprendiendo profundamente que todo pasa, lo bueno y también lo malo, nada es permanente y todo cambia. La existencia transcurre de escena en escena es un teatro, el gran  teatro de la vida. Siempre de espectador, nunca de actor.

El camino del hombre despierto es el camino del poder, el poder para hacer cosas, juntará poder magnético desde la base. Juntará poder desde la Serenidad.

El camino del hombre despierto  es el camino de lo poco, porque sabe que mientras más alta la meta, más altos serán los obstáculos. Es saber ser feliz con lo poco, con lo que se tiene, aprendiendo a cuidarlo con ahínco, consolidar en vez de expandir.

El camino del hombre despierto, es aprender a sufrir sin sufrir,  utilizando siempre al sufrimiento verdadero  como un maestro que pretende enseñarnos algo, algo que sin su dolorosa presencia jamás podríamos obtener.

El camino del hombre despierto, es  la del guerrero impecable, el que se prepara para afrontar desafíos durante toda su vida, aplicando la disciplina obtenida con la enseñanza, pues conoce la técnica y cuenta con el apoyo invisible de su escuela, uno en todos y todos en uno.

El camino del hombre despierto, es la sonrisa interior, un estado deliberado de calma, paz y tranquilidad, utilizando la alegría como su aliada y el optimismo como su escudo, cualidades necesarias para encender el disco solar de su pecho y poder decir YO SOY.

El camino del hombre despierto, es el avance hacia el ultimo desafío de la vida  -la muerte física del cuerpo-, con entereza, porque siente su chispa divina viva en su interior y esta preparado cruzar el umbral. 

El camino del hombre despierto es el camino de la paradoja, donde se acaba la razón, se acaba la lógica, se acaba la inteligencia, donde toda verdad es semiverdad, donde todo és y a la vez no és. Donde  nace la verdadera Fé, la que mueve montañas, la que no es posible de alcanzar con la grandeza del intelecto ni con las creencias religiosas, la que proviene de la fuente primordial, la del Gran Creador del Mundo.

El camino del hombre despierto es EL TESORO ESCONDIDO, es el  reino de los cielos.


El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.





HOMBRE SOLAR
SEPTIEMBRE 2019