jueves, 12 de marzo de 2009

LAS CELDAS DE CASTIGO

El ser humano vive su existencia preso en las llamadas celdas de tortura. En general cuando logra abandonar una celda lo hace solamente para ingresar automáticamente en otra. Es un extraño secreto, del mismo modo que la prisión es una extraña prisión, porque no está compuesta de muros de piedra, barrotes de fierro ni guardias uniformados… son los laberintos que esconde la “loca de la casa”, ni mas ni menos que su majestad: NUESTRA MENTE. El kybalion nos dice: “El todo es mente y el Universo es mental”.


Cuando una persona es arrastrada subconscientemente a uno de estos lugares psicológicos de tortura en su mundo interno, lo invade de inmediato un profundo malestar, que aumenta a medida que trascurre el tiempo, una sensación de monotonía y una especie de cansancio interior o frustración a cuyo alrededor giran sus pensamientos. En esta forma nos podemos poner tristes, de mal genio, hastiados, miedosos, desconfiados o dudosos sin que haya sucedido nada especial, incluso sin siquiera estar pensando en ello.


Cada uno de estos conflictos internos que existen en las celdas de tortura en nuestro mundo psicológico, han formado en el plano energético un ente astral, una especie de vampiro que vive en esa celda y que obliga a la persona a ingresar y permanecer allí a fin de alimentarse de la energía magnética que proyecta a través de su centro emocional cuando se preocupa, se pone negativa, se angustia o sufre. En esta forma una persona es arrastrada compulsivamente en su mundo interno hacia alguno de estos lugares de sufrimiento por estos seres invisibles que necesitan alimentarse de sus energías magnéticas, obligándolo a experimentar resentimientos, arrepentimientos, quejas, sentimientos de injusticia, etc. Que lo pondrán negativo y lo harán expeler en el plano energético grandes cantidades de magnetismo, con el cual se alimentan estos vampiros.

Celda 1, Los Resentimientos: Este lugar psicológico es muy común a todos los seres humanos, ya que por lo general vivimos resentidos con algún familiar, con un amigo o sencillamente con “la suerte” o calidad del destino que nos tocó vivir. Hay gente que guarda resentimientos con sus padres, por ejemplo, y a pesar de que estos hayan fallecido hace ya mucho tiempo, siguen alimentando un recuerdo negativo con respecto a su actuación, unido al sentimiento de que algo le deben y que son culpables de tales o cuales cosas. Jamás han logrado comprenderlos, ni menos perdonarlos y en cualquier instante son arrastrados en su mundo interno a esta celda de tortura a sufrir y a alimentar en esta forma al ente magnético que allí vive, que tratará por todos los medios de revivir en su imaginación escenas relacionadas con dichos resentimientos a fin de obligarlo a sufrir.

Celda 2, Los Arrepentimientos: También es un lugar psicológico muy común, ya que por lo general las personas se arrepienten de muchas cosas que han hecho o que han dejado de hacer en un momento de sus vidas. Es frecuente escuchar exclamaciones como esta: ¡Si no hubiera hecho tal cosa!, ¡Si no hubiera atravesado la calle por esa esquina!, ¡Si no me hubiera casado con XXXX! ¡Si hubiera vendido mi propiedad antes que bajaran los precios!..... y así hasta el infinito, la gente se arrepiente de un gran porcentaje de sus acciones en la vida. La sabiduría hermética precisamente nos hace notar la locura del ser humano, de pensar que las cosas podrían haber sido diferentes de cómo son, de cómo fueron. El que exista un Destino o Argumento que Dios escribió para cada ser humano significa exactamente que las cosas son , han sucedido y seguirán pasando de la “única” forma posible, es decir tal como están escritas, y esa es la forma en que se hizo. Cualquier cosa que suceda en nuestra vida, por muy traumática y atemorizante que parezca, no es otra cosa que los esfuerzos de la Maestra vida por enseñarnos una lección. Cuando aprendemos dicha lección la prueba se desinfla de inmediato, puesto que toda dificultad aparece ex profeso para que aprendamos algo. El arrepentimiento no arregla absolutamente nada, al contrario, gasta el Poder Magnético Personal o capacidad para “hacer” cosas, al arrastrarnos compulsivamente a esta celda de tortura donde el ente magnético que allí habita tratará de actuar en nuestra imaginación buscando la forma de hundirnos en la angustia de los arrepentimientos a fin de alimentarse de nuestro sufrimiento.


Celda 3, Las Quejas e Injusticias: Esta es una de las celdas que más desvitalizan energéticamente a la persona, absorbiéndole grandes cantidades de Poder Magnético, especialmente cuando las quejas se “rumian” continuamente en el cerebro, haciendo de la persona un amargado de por vida. Obsérvese a si mismo como se queja internamente de varias cosas, siempre las mismas, que repite como un loro una y otra vez en forma mecánica. A estas repeticiones las llamaremos “las quejerías de N.N” porque se rumian mentalmente como si fueran canciones de moda, ejemplos:

La canción del incomprendido: Vive quejándose que su mujer, sus hijos, sus padres, sus amigos, etc. No le comprenden. Con toda seguridad no se comprende a sí mismo y jamás ha hecho el menor esfuerzo por comprender a los demás, porque se farreó el Poder Magnético quejándose inútilmente.

La canción del que jamás tuvo una buena oportunidad: Es la queja mas común de los “simuladores”, personas que creen que quieren un cosa, cuando en su interior están pensando o deseando tener otra. Se aplica también a gente que hace esfuerzos y que sin embargo se siente defraudada porque les parece que la vida “les debe” las cosas que nunca fueron capaces de lograr. Sienten así que deberían ser más felices y muchas veces piensan que las otras personas son más felices y que han tenido las oportunidades que ellos no tuvieron. Sin embargo, no logran percatarse de que las otras personas generalmente piensan lo mismo de ellos, y que si bien no cantan la canción abiertamente, tal vez la cantan secretamente para si.

La canción de que se casaron mal: Esta es una canción muy de moda en nuestros tiempos, en que los divorcios en todo el mundo están a la orden del día. Muchos se quejan de su matrimonio, pero no hacen ningún esfuerzo por mejorar la relación, aceptarla como es, o luchar por terminarla definitivamente. Prefieren quedarse entre dos aguas, sufriendo lo indecible y alimentando así al vampiro que vive en esta celda de tortura. Dice una enseñanza de jesuscristo “el cielo no es de los tibios” y los tibios son precisamente esas personas que viven alimentando sus quejas sin decidirse a tomar un camino definido, com se quejan, gastan su poder magnético y este es el poder que necesitan para salir de cualquier problema.

La canción de que nadie los aprecia ni los quiere: Es la queja de aquellos que pretender “recibir” solamente en la vida, en todo orden de cosas, pero jamás “dar”. Están convencidos de que han venido a la tierra a recibir aprecio y Amor, pero jamás se han preocupado ni esforzado lo suficiente por entregar, por ayudar a otras personas, por dar lo mejor se sí mismos sin esperar retribución alguna. Las palabras bíblicas “dad y recibiréis” cobran aquí su profundo sentido.

La canción de que todos son culpables, menos YO: Esta queda se apoya en un mecanismo de defensa de la personalidad llamado “la proyección”, que consiste en culpar a otras personas de ciertas debilidades que no se quieren admitir en sí mismo. En esta forma se suele culpar a los demás por faltas cometidas por uno mismo, ya que como bien dice el maestro de maestros “es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio”.

La canción de que todo sale mal: Estas son la quejerías de esas personas que acostumbran a hacer un balance muy especial de sus vidas, que los lleva a desesperarse y sufrir lo indecible. Hacen un larga lista de todo que no tienen y ansían tener, de sus fracasos, frustraciones, enfermedades, temores, pérdidas económicas, sufrimientos recientes o antiguos, peligros que podrían enfrentar, desgracias que podrían ocurrirles a ellos o sus seres queridos problemas aparentemente graves y sin solución que estarían enfrentando y en general de todos los faltantes para lograr un supuesta felicidad. Sin embargo en este balance ocultan mañosamente todo lo que tienen en ese instante. ¿Por qué hacer un balance destacando únicamente lo que “no tenemos” y haciendo caso omiso de lo que”si tenemos” ahora? No podemos quejarnos de que todo salga mal si en estos mismos momentos, por ejemplo, estamos vivos, tenemos salud, nuestros seres queridos están bien, tenemos un trabajo que nos permite comer y atender nuestras más urgentes necesidades, tenemos inteligencia, estamos otro día mas sobre la madre Tierra y bajo las estrellas del infinito cielo.

Una noche de tormenta, llega un caminante exhausto por la gran cantidad de horas que llevaba caminando a una posada en el camino. Ingresa a guarecerse del frió y a continuación se acuesta a dormir. A los pocos minutos comienza a exclamar ¡que hambre tengo¡, en forma insistente. Luego de un rato un huésped que no podía dormir escuchando las exclamaciones de este viajero, se levanta y le ofrece algo de comida. Luego de algunos minutos de calma al interior de la posada se escucha nuevamente la voz del peregrino que dice esta vez: ¡hay pero que hambre tenia¡

Son muchas las canciones que cantan “los quejones” en el transcurso de sus vidas y cada cual debe llegar a detectarlas una a una, a fin de hacerlas conscientes, ponerlas en ridículo, y quitarles así su fuerza. Es preciso librarse de las canciones para siempre, expulsarlas de la posición central que ocupan en nuestra vida hasta que canten solamente en escasas ocasiones, sin que logren afectarnos en lo mas mínimo.

Existen otras celdas de castigo: Sentimientos de culpabilidad, El qué dirán, las antipatías y desprecios, Las contradicciones, Recuerdos negativos, La autoindulgencia, Las críticas, La timidez, El Pesimismo y la más peligrosa de todas las celdas:


LOS CELOS.


Mostraremos ellas en futuras actualizaciones y también la técnica hermética para “fugarse” de todas ellas!!



HOMBRE SOLAR

MARZO 2009