lunes, 7 de septiembre de 2009

LAS CATACUMBAS DEL INCONCIENTE


A fin de realzar los alcances que conlleva esta gran aventura de adentrarse en el propio mundo interno, imaginen por un instante a vuestro propio mundo interno, desconocido y enigmatico, como una inmensa caverna totalmente a oscuras...


El iniciado debe ingresar a esa caverna y llegar hasta el fondo, cueste lo que cueste: esa es la ordalía de la Iniciación, un viaje a través de la inconsciencia, hasta llegar a la puerta de una cámara secreta ubicada en lo más profundo de si mismo. El iniciado ingresa entonces a ese mundo interno al cual solamente él tiene acceso. En su mano izquierda lleva una antorcha, que simboliza la luz de la CONCIENCIA, y en la derecha porta una espada, que simboliza la VOLUNTAD; por ningún motivo y pase lo que pase deberá desprenderse de ellas. Comienza así una singular aventura, y paso a paso, a media que alumbra con la luz de la antorcha, van apareciendo los contrincantes, bestias y monstruos terribles, que deberá someter con su espada hasta llegar al final del camino. Todos los ángeles y demonios que pudieran existir, ya están en esa cámara psicológica, ese enorme territorio lleno de vericuetos, peligros y sorpresas y poblado por seres inconcebibles.

El iniciado debe internarse entonces en la oscura caverna y recorrerla inteligente y cuidadosamente, al igual que recorremos el mundo externo que nuestros sentidos nos revelan.

Si una persona es atacada en un barrio de mala fama en nuestro mundo externo, la gente suele preguntarse ¿Por qué habrá ido allá? ¿Por qué recorre calles tan peligrosas y frecuenta a gente tan temible? En todo instante de nuestra vida estamos pensando y sintiendo algo, luego en todo
momento estamos en algún "lugar" de nuestro mundo interno, y existe la posibilidad de ser atacado por esos seres bestiales que habitan en ciertos barrios bajos de esa comarca psicológica.


El primer monstruo que generalmente cierra el camino al osado aventurero es un descomunal pavo real, de más de cinco metros de altura, que representa al orgullo y la vanidad, y que se pasea a la entrada de la caverna avasallando bajo sus patas que semejan troncos de árbol, todo cuanto encuentra en su paso. A partir del instante que aparece el primer enemigo comienza la Gran Batalla, una lucha sin cuartel, en la cual el iniciado triunfa o muere en la empresa. Si logra vencer a este monstruo, puede adentrarse más en la caverna, y muy pronto comenzarán a aparecer los demás enemigos.


Una asquerosa serpiente que representa la envidia, tratará entonces de envolverlo en sus anillos; un horripilante león que representa la agresividad, lo atacará con las fauces abiertas;
una inmensa y temible araña que representa la intriga, tejerá su maléfica red alrededor; un vampiro gigante que representa el odio, batirá sus alas sobre su cabeza, miles de escorpiones venenosos que representan los celos, intentarán inocularle su ponzoña en todo el cuerpo; un fantástico dragón que representa las pasiones, se arrojará sobre él echando fuego por la boca… mientras el iniciado va abriéndose camino a golpes de espada, avanzando paso a paso hacia el fondo de la caverna, donde los espera la más fuerte y astuta de todas las bestias que habita en lo más profundo del inconsciente del alma de ser humano; la Bestia del Umbral, representante de todas sus vidas pasadas, desde que encarnará por primera vez como ser humano en este planeta Tierra. La ordalía está a punto de finalizar y está última batalla que se realizará a continuación marcará el triunfo o el fracaso del Iniciado. Si logra vencer a la Bestia del Umbral, podrá ingresar libre y concientemente a la cámara secreta, si no logra hacerlo, será expulsado de la caverna y deberá enfrentar de nuevo la Gran batalla desde el comienzo…


El iniciado después de haber vencido a tantas bestias, se siente poderoso y optimista y se abalanza decidido hacia el fondo de la caverna, dispuesto a aniquilar a su enemigo de inmediato. A medida que avanza a grandes pasos, levanta la antorcha sobre su cabeza para tratar de distinguir pronto al horrible monstruo, mientras bate su espada lanzando grandes tajos al aire, como presagiando l pronto final de su enemigo. En ese mismo instante se ilumina la caverna y se encuentra sorpresivamente en un palacio fastuoso, al centro de un inmenso salón al cual comienzan a ingresar, por distintas puertas, las más exóticas bailarinas que se mueven acompasadamente al son de una música exquisita. Se abre luego una puerta al fondo de la sala y aparece la figura impresionante del maestro, que se acerca sonriente y abraza al discípulo por haber llegado hasta el final. Le explica luego que esa fiesta es un su honor y sin darle tiempo para recapacitar, es arrastrado por la vorágine de los acontecimientos que se suceden uno a otro con vertiginosa velocidad y que empujan al iniciado voluptuosamente de una sensación placentera a otra.


El licor corre a raudales y un harén completo de las más hermosas huríes se afanan por cumplir sus más mínimos deseos. La música lo envuelve con su ritmo fascinante, y la magia de lo orgiástico lo hipnotiza cada vez mas…Solo en ese instante se da cuenta el iniciado que tanto la antorcha como la espada que lo defendieran hasta ese instante, han desaparecido de sus manos, el propio maestro se encargo de estas cuando comenzaron los festejos y al discípulo no le llama mayormente la atención.

Sin embargo, en ese momento desea más que nunca tener nuevamente su espada en la mano, porque presiente que tras los acordes de la música, el jolgorio de las bailarinas, las miradas de deseo de la huríes y la sonriente cara del Maestro, se oculta una terrible farsa manejada sin lugar a dudas por la astucia increíble de la Bestia del Umbral.

Haciendo un esfuerzo sobre humano, logra finalmente escapar de las mujeres que lo acosan y trata de encontrar al Maestro, a fin de recuperar la espada, pero ésta no aparece a pesar de sus intentos por ubicarla. La embriaguez del entorno lo envuelve nuevamente en un cúmulo de voluptuosidad y se ve arrastrado otra vez a la vorágine placentera, sin poder evitarlo. Trata con desesperación de hallar su espada en algún, pero ésta ha desaparecido. Ahora ¿más que nunca presiente que todos esos acontecimientos, incluyendo la pérdida de la espada y de la antorcha, fueron colocados al final de su ordalía para hacerlo fracasar.


Si el iniciado logra apoderarse nuevamente de la antorcha que representa la luz de la conciencia, y de la espada que simboliza la voluntad, podrá penetrar en la cámara secreta, realizándose en este instante "el encuentro consigo mismo", con su Espíritu inmortal, la parte de Dios de cada ser humano que vive en la cámara secreta ubicada en lo más profundo del propio mundo interno…


HOMBRE SOLAR
SEPTIEMBRE 2009