viernes, 2 de diciembre de 2011

LA SAL DE LA VIDA




LO QUE LE DA SABOR A LA VIDA





Primero: “no saber lo que viene”
Segundo: “El peligro de no llegar a conseguir lo que nos propusimos”
Tercero: “La posibilidad de perderlo todo, INCLUSO LA VIDA”


1) NO SABER LO QUE VIENE: Es decir, no saber lo que va a pasar ante una situación conflictiva que nos preocupa. Un Iniciado aplica de inmediato la “altura de miras” razonando asi: El que rechaza las cosas que pasan, en realidad está rechazando a Dios, porque estamos viviendo en el mundo de Dios y no existe absolutamente nada que no sea parte de él. Luego, “viene lo que Dios eligió para nosotros” y Dios quiere lo mejor para cada uno de sus hijos, aunque deban alguna vez sufrir “momentáneamente”.
Tener presente esta sentencia de los antiguos egipcios, que se encuentra inscrita en el museo del Cairo: “Pase lo que pase, veas lo que veas, no te dejes atemorizar por los fantasmas que la vida pondrá en tu camino, conserva siempre la Serenidad y Triunfarás”.

Recordar la clave del optimismo: El optimismo es el primer paso para solucionar un problema. Ser optimista es pensar siempre positivamente, luego afirmar con fuerza: “Todo va a salir bien, nada malo va a pasar”, “esto también pasará” y “pase lo que pase en la vida uno sale adelante”.
No olvidar jamás: “Yo soy un rey de la mente y conseguiré lo que quiero”




2) EL PELIGRO DE NO LLEGAR A CONSEGUIR LO QUE NOS PROPUSIMOS: Lo que nos propusimos puede estar dentro de los márgenes de nuestro destino o bien estar “en pugna” con éste. No podemos saberlo porque el destino es siempre un misterio, por ley de vida. Si algo, por lo tanto, no llegamos a conseguir a pesar de habernos esforzado con tenacidad y mucha paciencia, es porque aquello forma parte del destino, que siempre es una obra maestra de la naturaleza y es “exactamente” lo que merecemos.
Tener presente “Viene algo muy grande”, para todo real iniciado, “todo va a salir bien, nada malo pasará”, tener el más absoluto convencimiento (fe verdadera) de que sortearemos ese peligro de una u otra manera. El poder tiene muchas maneras para manifestarse. Aclarar la mente para darnos cuenta cuando estamos “dormidos” y cuando estamos “despiertos”.

Tener siempre presente: La mente es capaz de dar a luz fantasmas alucinantes que luego le atormentarán sin piedad, los engendra el mismo.
Los miedos son sombras fantásticas, sin fundamente ni base alguna en la realidad. “Dormir” es sacar las cosas de su dimensión verdadera. “Dormir” es exagerar los perfiles negativos de los acontecimientos. El miedo engendra y distingue fantasmas por todos lados… Y todo no es sino un engaño con muchas suposiciones. No hay nada de eso, o muy poco ¡!

Muchas personas viven estos sustos y alucinaciones en pleno con el mismo con que viven las pesadillas en la noche. Si “despierta” se pone fin a la pesadilla. Esto que no es posible hacerlo en la noche… se puede hacer en el día.

“Despertar es darte cuenta que te estás torturando con pesadillas que son pura fantasía. Lo que te espanta no es real. Estás exagerando, sobredimensionando cosas insignificantes que las suposiciones de tu cabeza la está resistiendo con signos de veracidad.

Si logras darte cuenta de que tus aprensiones son sueños y nada más, y tus temores puras quimeras, ¿Por qué tomarlas en cuenta? Déjalas a un lado porque son aborto de la mente!!
“Despertar es darte cuenta que dormías” Si te sorprendes a ti mismo agobiado por el temor (que lleva a la angustia) piensa que “estás dormido” y soñando. Haz una correcta evaluación de los hechos, rectifica tus juicios y verás que estabas exagerando, presuponiendo, imaginando. Estabas “dormido” ¡ahora estarás “despierto”!




3) LA POSIBILIDAD DE PERDERLO TODO, INCLUSO LA VIDA: Se refiere a todo lo material, incluso la vida que también es prestada. Tener siempre presente que como seres humanos, somos totalmente falibles, podemos morirnos en este mismo momento, puesto que estamos vivos solamente porque existe una “prodigiosa” cantidad de factores que se están uniendo para que podamos estar vivos. El corazón está sincronizado para que el individuo pueda estar vivo y eso es frágil como un cristal. Si llegará a romperse un vaso sanguíneo de un órgano importante, por ejemplo, se produciría un coágulo y probablemente la muerte inmediata.
¿Cómo entonces no sentir lo maravilloso, lo portentoso y lo milagroso que es estar vivos hoy día?
La gente no logra maravillarse y apreciar lo grandioso de estas cosas porque “dan todo por supuesto”. Cuando algo se pierde, por ejemplo, sólo entonces lo aprecian (como su propia salud o la de sus seres queridos, su trabajo, su situación económica, etc).
Pero existe “algo” en nosotros que no puede perderse jamás, me refiero a lo que en realidad “somos”, nuestro espíritu divino, eterno e inmortal, nuestro ser superior el “YO SOY”, esencia que anima al cuerpo. Todo cuanto hemos vivido haciendo participar a nuestro “YO SOY”, queda en nuestra esencia inmortal para siempre, como un estado superior de conciencia.


HOMBRE SOLAR

DICIEMBRE 2011