lunes, 18 de abril de 2011

MI YUGO ES SUAVE Y MI CARGA LIVIANA

Jesus conto a sus discipulos una parabola:

“Un hombre caminaba por un camino, muy ocupado en sus pensamientos, sus obligaciones, sus deudas, su trabajo etc. De pronto se le aparece una piedra en el camino y el hombre decide guardarla en la mochila que llevaba en su espalda.

Al poco andar se le cruzo otra piedra, el hombre la queda mirando y decide nuevamente guardarla en la mochila. Y así siguió este hombre su camino por una par de horas. Cada piedra que encontraba la cargaba en su mochila.

Casi al atardecer nuestro pobre hombre ya no podía mas, con todo el peso de las piedras en su mochila ya no pudo dar un solo paso mas….”


Entonces el maestro mirando a sus discípulos les pregunto:

¿Qué piensan ustedes de este hombre? Varios de de sus discípulos entonces a coro gritaron:

es un error cargar las piedras del camino,

mejor dejarlas donde estaban y seguir por el lado

Jesus entonces los quedo mirando y les dijo:

Muchas veces ustedes cargan con piedras en su mochila, sin darse cuenta…

Cuando guardan los agravios y las amarguras de sus propios errores.

Cuando guardan sentimientos de venganza o justicia para los demás.

Cuando vuelven la mirada atrás y recuerdan su pasado negativo.

Cuando no perdonan a los demás, sobre todo a sus seres queridos.

Cuando no saben o simplemente no quieren escuchar a los demás.

Hay muchas piedras que llevamos en nuestra mochila, no carguemos las culpas de los demás, no asumamos los errores de nuestros hijos, ellos tienen que cargar su propia mochila. Todos llevamos una mochila en nuestras espaldas, de cada uno depende que tan liviana o que tan pesada se encuentre…



Una de las claves para poder sobrellevarlas es NO CARGAR las pesadas piedras del rencor. Si hacemos a un lado ese INÚTIL peso, si no lo llevamos con nosotros, el camino será más liviano y nuestro paso más seguro. No carguemos nunca el peso del odio ni del resentimiento. La vida será mejor, sus problemas más llevaderos,

sus cargas más livianas...